El enojo tiene mala prensa

El enojo tiene mala prensa

La energía del enojo puede ser una gran aliada. Que nos ayude a poner límites, expresar lo que queremos, ir para adelante. Cómo reconocer su mensaje y usarlo a nuestro favor?

Necesitamos expresar nuestra bronca, poder ponerle Voz.

Pero no es tan fácil, ¿a que no? Para mí es un "expertise". Requiere entrenamiento.

El enojo es una respuesta de supervivencia que busca protegernos de algún daño, en particular de quienes cruzan algún límite: corporal, moral o psicológico.

Si tenemos memorias traumáticas repetidas, esta respuesta puede estar programada en nuestro sistema nervioso para aparecer con gran reactividad. Nos lleva puestas.

Aprender a salir del patrón reactivo, poder parar y escuchar el mensaje del enojo en el presente, ponerle palabras (sin violencia y sin miedo) es fundamental para construir vínculos sanos.

Su energía es la de la lucha y la conquista, bien encausada, avanza, nos mueve hacia lo que queremos. Es una guardiana de nuestro deseo. Los cambios fisiológicos que se generan bajo sus efectos  favorecen la acción, aportan foco, creatividad, potencia.

El enojo me ayuda a defender lo que considero que es bueno y placentero para mi.  Es importante aprender a manejar esa energía para validarnos de manera asertiva, sin agredir, sin imponer.

El enojo reprimido es una de las causas de la tensión corporal y del bruxismo. También de la sensación de cierre o estrangulamiento en la garganta.

A veces el enojo está censurado, nos da miedo mostrarlo y terminamos tratando de esconderlo, lo que es peor.

El enojo tiene mala prensa, culturalmente está mal visto, como si fuera una emoción que no debemos sentir y mucho menos expresar.

En este afán de no mostrar enojo, también restringimos nuestra voz, cerramos el paso al grito, a la posibilidad de decir que NO, de manifestar nuestra verdad. Hay angustia, estrangulamiento,  temblores o cortes en el sonido, imposibilidad de hablar, llanto. Creo que para rehabilitar la expresión sonora necesitamos trabajar desde el cuerpo los registros de miedo,  vergüenza, culpa. De que hay algo incorrecto en nuestro sentir.

Sobre todo las mujeres, tenemos una larga historia de prohibición con respecto a poner límites, liderar, desear y manifestar poder. Es importante que recuperemos nuestro lugar. 

Este proceso necesita tiempo, puede haber mucha información de protección en nuestras experiencias pasadas e incluso en nuestros linajes. Son patrones fuertes de supervivencia que no se desarman de un día para el otro y a la fuerza.

Es un trabajo que involucra al cuerpo, las creencias, nuestras memorias emocionales, a veces relacionadas con trauma. Requiere mucha paciencia y amorosidad.

 

Para trabajar con tu enojo te sugiero 3 pautas:

1) Buscar una manera de descargar la tensión que se genera:

 

* Moverte: caminar, bailar, limpiar la casa, hacer ejercicios corporales de descarga (hay muuuchos)

* Sacar la voz: cantar, gritar (sin lastimarte), soplar, dejar que tu sonido se exprese libre.

 

2) Buscar claridad:

*  Una vez descargada la tensión, podés acudir a una respiración diafragmática amplia y baja que te centre y te ayude a despejar la cabeza.

* Salí del loop mental y tratá de entender por qué estás enojada. Pensá en lo que vos sentís y no en lo que hacen los demás.

3) Ensayá la mejor manera de comunicarlo:

*  Cuál sería la forma más asertiva de decirle a la persona con la que te enojaste qué es lo que te molesta y cómo pensás que podría funcionar mejor la próxima vez.

* Pueden pensar en conjunto una manera de reparar lo sucedido.

 

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La energía del enojo puede ser una gran aliada. Que nos ayude a poner límites, expresar lo que queremos, ir para adelante. Cómo reconocer su mensaje y usarlo a nuestro favor?

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